Oración de Consagración y Protección a la Virgen María

 

¡Oh amada Virgen María! Hoy, en este mes consagrado a tu gloria, elevamos nuestras súplicas y corazones hacia ti, Madre de bondad y misericordia. Nos acogemos bajo tu manto, buscando tu protección y tu infinita ternura. Sabemos que siempre estás presente, intercediendo ante tu Hijo por nuestras necesidades, tanto en los momentos de dolor como en los de alegría.

María, madre de Dios y madre nuestra, enséñanos a vivir en la humildad y el amor que tú tan perfectamente supiste encarnar. Que nuestros corazones imiten la pureza de los tuyos, para que podamos crecer en la fe y vivir según la voluntad de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo.

Te pedimos, María, que nos guíes en cada paso de nuestro camino. Que bajo tu manto, podamos ser siempre dignos hijos de Dios, practicando la caridad, la paciencia y la esperanza. En medio de las dificultades, no permitas que nuestros corazones se alejen de tu amoroso cuidado.

Llena nuestras vidas de paz, María, y ayúdanos a vivir en constante servicio a los demás. Que podamos irradiar a nuestro prójimo la luz de Cristo, tal como tú lo hiciste, con un corazón lleno de fe y confianza en los designios divinos.

Oh Virgen de pureza infinita, que en este mes bendito, nuestras almas florezcan como el jardín que te ofrecemos, lleno de virtudes que te agraden. Que nuestras palabras, acciones y pensamientos sean siempre agradables a Dios y que por tu intercesión alcancemos la gracia necesaria para caminar en santidad.

Por todo esto, te pedimos, Virgen Santísima, que sigas velando por nosotros, tus hijos, y nos ayudes a perseverar en el amor a Dios y al prójimo, para que un día podamos gozar de la vida eterna a tu lado y el de tu Hijo.

Amén.